Salud integrativa

Salud Integrativa

El Doctor Herbert Benson de la facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, investigó y documentó extensamente sobre la salud integrativa. En sus estudios sostiene que la salud y el bienestar se apoyan en tres pilares:

1) El primer pilar: Son los fármacos.

2) El segundo pilar: La cirugía y los procedimientos clínicos.

3) El tercer pilar: El autocuidado de la persona.

Sin embargo, aunque hay muchas formas de atravesar una enfermedad o dolencia, lo más común a día de hoy es que el paciente entregue todo el poder de su recuperación a la medicina. Y como autocuidado se entiende muchas veces hacer ejercicio y comer bien… Pues el autocuidado no se trata solo de eso sino de cuidar TODOS los niveles de nuestro ser, desde los pensamientos hasta las emociones teniendo en cuenta también cómo nos relacionamos, es decir, nuestros vínculos.
Desde esta percepción se contempla la totalidad de la persona cuando se está atravesando una adversidad, hay que trabajar hacia adentro para activar todo el potencial que tenemos para sanarnos.

Si transformas la percepción de lo que te sucede, cambia tu realidad.​

Una de las primeras cosas que debemos identificar para poder abordar nuestra salud desde una perspectiva integrativa es la diferencia entre síntoma y causa. Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma, éste (más o menos) llama la atención interrumpiendo, con frecuencia bruscamente, la continuidad de la vida diaria. Un síntoma es una señal que atrae atención, interés y energía y, por lo tanto, impide la vida normal. Un síntoma reclama atención, lo queramos o no. Esta interrupción que nos parece llegar de fuera nos produce una molestia y desde ese momento no tenemos más que un objetivo: ELIMINAR la molestia. El ser humano no quiere ser molestado y ello hace que empiece la lucha contra el síntoma. La lucha exige atención y dedicación: el síntoma siempre consigue que estemos pendientes de él.

Por ejemplo: Un dolor de cabeza (que todos conocemos comúnmente) es un síntoma, no es una causa. La causa de ese dolor de cabeza puede ser una infección, que puede ser grave o simplemente este dolor es una tensión muscular por una situación de estrés que estoy pasando en mi vida. El síntoma es el dolor. Si consideras que el síntoma es la causa, vas a tomar un analgésico y con eso no vas a resolver la causa, pero si vas a resolver el síntoma, teniendo en cuenta que la causa va a seguir estando.

Si se enmascaran constantemente los síntomas nuestra salud va a continuar deteriorándose. Por eso es tan importante el tercer pilar que comentábamos del Dr. Herbert Benson. Sin ir más lejos y siendo literales si miramos en la RAE ¿qué significa causa? dice: ORIGEN DE ALGO. Y si no es externo ¿dónde hemos de enfocar nuestra mirada? ¿Hacía dónde? PUES HACIA ADENTRO.

Con el fin de cambiar un trastorno lo primero que se ha disolver es la causa mental. El síntoma es solo un efecto que aparece en el externo, nosotros hemos de entrar en el interior para disolver la causa mental y no solo luchar contra el efecto aparentemente externo (síntoma).

Lo que ocurre en el cuerpo de un ser vivo es la expresión de una información y ahí entramos los profesionales en averiguar las causas y no solo ver los síntomas.

Hay que tener en cuenta que salud es mucho más que la ausencia de enfermedad

La OMS dice: la salud es “un estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades”.

Si cogemos como base esta definición y además nosotros añadimos una nueva área de bienestar imprescindible para el ser humano que es la emoción (ya lo hemos comentado más arriba), la mirada hacia nuestra salud empezaría a corresponderse en lo que conlleva un balance dinámico entre factores externos e internos, así podemos decir que nuestro autocuidado ha de pasar hacía una mirada interna de la causa.

Si el ser humano es multidimensional requiere una mirada integrativa ¿Cómo podemos ignorar la multidimensionalidad del ser humano, después de conocerla? Cómo podemos atendernos en singular y ampararnos en la ciencia para ignorar los hechos que la propia ciencia ha demostrado: como que somos energía, así como lo es el alimento que consumimos, que nuestro estado mental afecta nuestro desempeño físico, que nuestro entorno social es capaz de condicionarnos por completo, que el estado emocional es capaz incluso de anular nuestras capacidades físicas o de potenciarlas a niveles extraordinarios.

Un cuidado centrado en la persona y no solo en los síntomas, nos permite ir a favor del potencial de adaptación del ser humano y estimular sus capacidades como forma de recuperar una vida más plena y saludable por encima de enmascarar los síntomas, realizando una mirada que abarque su totalidad: interacción entre cuerpo, mente y emoción.

Uno de los mayores rivales de la salud integrativa: La inmediatez​

Por la rapidez con la que transcurre la vida, vamos funcionando irrefrenablemente, sin apenas pensar en la posibilidad de encontrarnos mal ¡no me lo puedo permitir! Y así vamos enmascarando síntomas que muchas veces empiezan como un susurro, pero que de tanto decirles “ahora no puedo, luego te atiendo” cuando se revelan, ya no hablan sino más bien gritan. Y así, de un día para otro nos explota en nuestro cuerpo y decimos…. ¡Si es que llevaba mucho estrés no me extraña que haya petado! Pero ¿y mientras? Nos vamos auto silenciando, atiborrándonos a pastillas que no nos dejen sentir.

Si, si ¡NO SENTIR! Hasta que el cuerpo dice BASTA, nos hace sentir de golpe y entonces no entendemos. Porque no nos hemos detenido a mirar la causa, ni a escuchar los mensajes que nos ha ido lanzando nuestro cuerpo a través de los síntomas.

Un ejemplo muy gráfico Imagina que los síntomas, son como las señales de alerta que se encienden en el tablero del coche. Si estás seguro de lo que se trata y lo atiendes tú o lo llevas al taller mecánico para que lo solucionen, puedes tranquilamente desactivar la señal, pero sino… no sería lógico que desactives la señal y que sigas haciendo kilómetros, esperando que no vuelva a aparecer o que el coche no te deje tirado, ¿cierto? pues lo mismo ocurre con nuestro cuerpo.

Salir del Bucle y ganar en Bienestar

Teniendo ya conciencia de la relación entre los pilares del bienestar y en que para resolver las situaciones de salud física, hemos de buscar dentro de nosotros mismos el origen, para poder gestionar la situación desde todas las perspectivas que comprenden nuestra multidimensionalidad humana, encontramos la alternativa para abordar nuestra salud desde la terapia integrativa.

La Terapia Integrativa, precisamente se centra en el bienestar y tratamiento de la persona como un todo. ¿Esto que quiere decir? Que tiene en cuenta a la persona como un ser individual y a la vez en su totalidad porque lo ve a nivel físico, mental y emocional considerando su entorno social, familiar y medioambiental.

No podemos pretender estar bien globalmente, si solo nos ocupamos de mirar, atender y cuidar de una parte de nosotros (ya sea la parte física, la parte mental, la energética o la emocional) sin embargo, es lo que solemos hacer y con esto no quiero decirte que estoy en contra, sino más bien, que no es suficiente para tener y mantener un estado de bienestar.

Lo “Normal” es sentirte bien​

Con frecuencia observo que la mayoría de las personas que acuden a mi consulta, buscan ayuda relacionada con problemas de salud que no han podido resolver y que muchas veces se debe, a que no se ha encontrado el origen de su sintomatología y que, por lo tanto, se ha tratado el síntoma y no la causa. Otras veces, el origen está identificado, pero la medicina tradicional occidental, no ofrece una solución o alivio, más que apagar los síntomas, hasta que el paciente decide que merece otra alternativa de solución. Porque no acepta conformarse con sentirse mal sin saber la causa o sin tratar realmente de solucionarlo… porque se siente, se habita y se escucha.

Si lo “normal” es sentirse bien lo que hace la medicina integrativa es ver la enfermedad como un desequilibrio y eso hace que contemple terapias o tratamientos más personalizados y específicos y menos acciones en bloque o protocolo que tiendan a estandarizar una cura general para todos los pacientes con el mismo síntoma sin contemplar o atender el origen del mismo.

Ahora que ya sabes de qué se trata la salud integrativa espero que estés deseando incorporarla a tu vida y la próxima vez que tengas un síntoma en el cuerpo, no lo apagues sin preguntarte de dónde viene. Si ya estás en ese camino y deseas acompañamiento profesional, háblame para saber cómo puedo ayudarte.

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En resumen… Aprender más de ti para vivir mejor.

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