El vínculo más importante de tu vida,
es el que tienes contigo mismo/a
¿Qué es el Amor Propio?
Mucho se habla sobre el amor propio y sobre cómo esto influye en la capacidad de llevar una vida satisfactoria y feliz pero poco se habla con honestidad de cómo cultivarlo.
El amor propio como probablemente ya lo sabes, o te imaginas… es el amor que sientes por ti mismo/a, son las emociones que tienes hacia ti, sentimientos, energía…. Y está íntimamente vinculada a la valoración que tienes de ti mism@ (autoestima), que pasa por el filtro de la razón. Estar satisfecho y feliz con quien eres y como eres, aunque ese filtro de la razón, a veces tenga los agujeros muy grandes y se le pasen agentes contaminantes.
La imagen que tienes de ti mismo no es heredada o genéticamente determinada, es aprendida.
¿Qué la autoestima no es solo “auto”? ¿Cómo es eso?
Pues es que no depende solo de cada uno/a. Y es que esa valoración que tenemos de nosotros mismos/as, se ve influenciada por la valoración que nos devuelven (y nos ha devuelto durante nuestra vida) el entorno y la sociedad. Así que es un conjunto lo que proporciona esa evaluación global, que a su vez genera una percepción y unos sentimientos.
Es muy difícil tener una autoestima alta y amarte espontáneamente, si por ejemplo, en tu infancia no has recibido el amor compasivo de tus cuidadores. O sentirte a gusto con quien eres y cómo eres, si constantemente recibes maltrato y desvalorizaciones por parte de las personas con las que interactúas.
Otro obstáculo nos surge de nuestros principios más básicos para la convivencia. Nos dicen que debemos cultivar la autoestima y mantenerla alta pero cuando tratamos de subirla nosotros mismos/as, se nos puede acusar de egoístas, individualistas o presuntuosos.
Y no quiere decir que hemos de estar conformes con todos los aspectos de nuestra vida para experimentar el amor propio.
Tampoco sirve repetírnoslo constantemente, sin creernoslo ni sentirlo, aunque sí tenerlo en cuenta (el ser conscientes de que es una posibilidad que podría existir). Por ir destapando capa a capa nuestra propia objeción para que ese sentimiento sea auténtico además de real. Descubrir qué es lo que causa esa resistencia y gestionarlo. Ir al origen del malestar y atenderlo, cambiar aquello que no nos gusta. Esto es estar en contacto con nuestro amor propio y autoestima.
Implica averiguar lo que nos reprochamos a nosotros/as mismos/as identificando aquello que viene de fuera como la presión social además de ser capaces de identificar nuestro juicio (sea real o irreal) para evaluar realmente qué es importante y qué no lo es, para nosotros/as.
«Quererse a uno mismo es el principio de un romance para toda la vida»
Oscar Wilde
Cambiar para realmente estar más alineados con nuestra esencia
Valorarnos a través de lo que otros esperan de nosotros, o solo poniendo nuestra atención en aquello que nos falta, nos hace sentir insatisfechos. Además, es una perspectiva muy limitante, ya que no toma en cuenta todo lo que sí hemos conseguido a partir de nuestros propios méritos.
Todos tenemos habilidades y capacidades que demuestran nuestro valor. Lo importante aquí es conocernos, ser capaces de verlas, reconocerlas y apreciarlas.
De manera que el amor propio, no se trata de algo que se tiene o no se tiene, es algo que se puede construir, cuando somos capaces de identificar nuestro juicio y cómo nos valoramos, así como nuestras creencias al respecto. El amor propio, está en constante construcción y reconstrucción.
No hay felicidad completa sin auto-respeto, sin mantenerte fiel a tu propio ser y al potencial que llevas dentro
Para empezar a contactar de una manera más sana con nuestro amor propio podríamos observar como se presencia en cada uno de nosotro/as las siguientes dimensiones:
- Autoconocimiento: Tómate el tiempo para reflexionar sobre quién eres, qué sientes y qué quieres realmente. Conocerte a ti mismo es el primer paso para amarte y apreciarte en toda tu autenticidad.
- Autoaceptación: Toma conciencia de tus imperfecciones y errores. Nadie es perfecto. Reconoce que tus fallas son oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
- Autocuidado: Prioriza tu bienestar físico, mental y emocional. Dedica tiempo para ti mismo, practica actividades que te gusten y te hagan sentir bien. No se trata de repetir lo que a otros les va bien, sin pasarlo por nuestro filtro. El autocuidado es un acto de amor propio, pero has de experimentar por ti mismo/a para saber lo que realmente te nutre y te recarga.
- Cuestiona todo: La construcción del amor propio también implica liberarse de la influencia de la presión social y las expectativas externas. Juzgarnos y tomar decisiones en función de estándares irracionales e idealizaciones sociales nos aleja de nuestra esencia. Tu valía no depende de la opinión de los demás. Enfócate en lo que es importante y significativo para ti.
Sé que esto que te estoy sugiriendo representa trabajo, aprendizaje y dedicación. Pero créeme, es la mejor inversión de tiempo y energía que puedes hacer. Eres la persona más importante de tu vida.
Cultivar el amor propio es un viaje transformador que te permitirá experimentar la vida desde una perspectiva mucho más compasiva, equilibrada y satisfactoria. ¡Atrévete a amarte a ti mismo/a y descubre el poder que reside dentro de ti para construir una vida mucho más plena!
Si sientes que ha llegado tu momento y quieres emprender ese camino y quieres que sea yo quien te acompañe, te invito a reservar una sesión de valoración, haciendo click aquí
«Prométeme que siempre te vas a querer a ti misma como te quiero yo»
Isabel Allende