Entender Vs. Sentir

Entender Vs Seentir

Entender: La mente como primer filtro

Estamos muy acostumbrados a funcionar desde la mente y lo intelectual. A operar desde el pensamiento y pasar todo por el filtro de la razón. 

Piénsatelo bien, reflexiona, examina… sea porque nos lo recomienden, enseñan o lo que naturalmente nos sale así, este suele ser nuestro proceso, o sus resultados (lo que hemos pensado, reflexionado, determinado en nuestro examen y valoración), a lo que más peso le damos a la hora de tomar decisiones, a nuestra parte racional e intelectual para procesar nuestro entorno o situaciones.

De hecho muchas veces cuando aparece la emocionalidad a cambiar la percepción, la sensación o la decisión que estamos gestionado solemos acallarla. 

Tal vez porque no es muy conveniente, o porque vemos que no podemos dirigirla sino que es más bien algo “indomable”, a veces inesperado y muchas veces casi inconmensurable y eso puede dar en ocasiones muchísimo miedo, generar incertidumbre e intranquilidad. Normal… no se nos olvide que justo estamos cableados para escoger lo certero, lo que creemos que es controlable y lo que no nos genere temor.

Los budistas diferencian entre entender algo e interiorizarlo. Lo primero hace referencia a que uno es capaz de captar la lógica de una idea. Y lo segundo tiene que ver con integrar esa idea en su propia vida y llevarla en la piel. Por ejemplo, coincidiremos cuando decimos que es muy diferente entender un dolor a sentirlo ¿si? Entender es percibir el significado de algo, es una capacidad mental de ser consciente de algo, aunque no se sienta. Sentir es hacer propio lo que se entiende y actuar en consecuencia. 

Sentir: Comprender e interiorizar

¿Qué es sentir? La atención que requiere la emoción no es un análisis, ni una investigación, ni una búsqueda… queda lejos intentar teorizar las emociones constantemente. Sentir es una experiencia subjetiva de nuestro bagaje emocional

Es innegable que estamos dotados/as por un sistema interior que nos indica constantemente todo aquello que está ocurriendo en nuestro cuerpo y nuestra mente y esta interacción es la emoción. 

Tomar conciencia de lo que percibimos y cómo afecta, es lo que nos permite sentir para integrar y descubrir el sentido profundo que le damos y así comprender nuestro significado como el como el de la situación.  

Cuando comprendemos ocurre un proceso de interiorización que concluye con un estado de lucidez y clarividencia que nos posibilita pasar a la acción. Es darle sentido a algo que aparentemente puede parecer a priori ilógico o difícil de explicar, porque va más allá de lo estrictamente racional. Como por ejemplo explicar lo que es el amor o sentir lo que es el amor. La diferencia es evidente, ¿no?

Comprender, sentir e interiorizar… es lo que nos ayuda a trascender esa experiencia, a verla desde una perspectiva más elevada desde la que podemos realmente superarla y crecer a partir de ella. 

El paso siguiente a sentir: más que ser conscientes es Tomar conciencia

Hay una diferencia muy significativa entre ser consciente de algo y tomar consciencia de algo. 

Se puede ser consciente de haber experimentado una emoción que nos ha sobrepasado y que nos desbordó. Sin embargo, la consciencia llega después cuando nos hemos calmado. En ese momento actuamos de la mejor forma que podíamos y sabíamos,  no podíamos haber actuado de una forma diferente. No teníamos toda la información sobre lo que estaba ocurriendo en nosotros/as.

Al tomar consciencia de lo que pasó y el por qué ocurrió de esa forma, incorporamos esa información faltante. Integramos dos partes. 

Por un lado, estamos comprendiendo lo que ocurrió y sus consecuencias, pero además por otro lado, estamos comprendiendo nuestro proceso interno que nos llevó a actuar de esa forma determinada. Está comprensión es la que promueve el cambio interno. El crecimiento a través de la comprensión e integración hasta poder aceptar y si esto se da viene el aprendizaje.

Al tomar consciencia, nos damos cuenta… y al darnos cuenta desbloqueamos la posibilidad de transformarnos y evolucionar. Al darnos cuenta despertamos, abrimos los ojos y sanamos. 

Si no lo has leído aún, tienes un artículo entero sobre “Darse Cuenta” aquí.

Menos pensamiento y más emoción

Tal vez producto de todo lo que se ve recompensado y reconocido positivamente en nuestra sociedad…Estamos acostumbrados a entenderlo todo, a pasarlo por el filtro del intelecto. Todo lo racionalizamos y lo vivimos en la teoría, con mucha naturalidad, aunque en realidad lo que estamos haciendo es agregar conocimientos, clasificarlos nuevamente entre lo que comprendemos y lo que no, lo que nos gusta y lo que no. Pero al cabo del tiempo ese rótulo, ese concepto se diluye nuevamente. Lo perdemos y quizá necesitemos recuperarlo. Cosa que hacemos cuando releemos o adquirimos un nuevo libro, o escuchamos una nueva enseñanza.

Lo que bien se aprende nunca se olvida

Pero lo necesario, para que ese conocimiento se afiance y permanezca en nosotros es adquirirlo a nivel celular. Cuando hay sensaciones y emociones que acompañan a la información racional, se ancla de una manera diferente y pasa a otro nivel de comprensión y de experiencia del que no puedes desprenderte. Para “bien o para mal” toda la experiencia va junta y se flexibiliza la posible rigidez de los conceptos de lo que existía para nosotros/as cuando todo permanecía en teorías, ideas y pensamientos.

Entonces, ¿Qué es lo que te falta? Pues sentir, vivir la experiencia, y ESO, no te lo puedo explicar. Podrías entenderlo, discutirlo, explicarlo, pero no sentirlo.

¿Qué quieres coleccionar?

¿Conocimiento, información, teorías, ideas y conceptos? Miles y millones de cosas para aprender y quizá con suerte muchas o algunas de ellas entender…. Tener conocimiento como si fuera una cosa. Recordemos que las cosas tienen significado pero no te olvides del sentido. 

Hay que tener conocimiento obvio y es necesario, no estamos reflexionando sobre esto! ¡No se podría!  Aunque esa acumulación sólo es a nivel mental, ¿no crees que entonces se descompensa el resto de niveles que hay en ti? No crees que si solo alimentamos una parte el resto de partes cada vez se va quedando más y más vacío. 

Observa de qué te llenas y que es lo que llenas en ti.

Reprogramarnos Tomando Conciencia

Recordando la frase de Descartes: “Pienso luego existo”

Esta frase con tanto poder y tanta razón pero que a la vez es mejorable; Podemos ampliarla para abrazar mejor nuestra filosofía, reconocernos en todo lo que somos, y no solamente un cuerpo y una mente, sino dar también lugar, importancia y voz a nuestro sentir.

Abramos un nuevo paradigma reformulando la frase: 

Siento, comprendo, integro, pienso y luego existo.

Es así cómo me permito crecer y aprender 

Si sientes que ha llegado tu momento para cambiar la manera en la que das sentido, a lo que ocurre en tu vida, crecer y sanar, tal vez algo dentro de ti te esté pidiendo emprender un proceso terapéutico, y yo puedo acompañarte 🙂

Si es así, puedes rellenar el formulario para tu sesión de valoración aquí

Comprender, sentir e integrar, te llevará a ver la vida desde una perspectiva más amplia y enriquecedora, una llena de significado, aunque no siempre tenga sentido.

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1. Tener más conocimiento y descubrir nuevas formas para cuidarte unificando tu mundo exterior con tu mundo interior.


2. Encontrar nuevas maneras de entender lo que estás viviendo y saber cómo desbloquearlo.


3. Saber por qué nos quedamos atascados/as y descifrar cómo deshacer programas que ya no necesitas impulsando tu potencial.

En resumen… Aprender más de ti para vivir mejor.

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