La psicoterapia, recupera tu guía interna

La psicoterapia

¿Te has sentido alguna vez perdido/a?​

O incluso te has sorprendido a ti mismo/a preguntándote por algo que has hecho o pensado… ¿Te lo has recriminado? Por qué hice aquello y no lo otro… “debería/tendría que haber dicho/hecho…” ¿te cuestionas sin creer tus propias decisiones? ¿Algo ha ocurrido que te está removiendo y te está haciendo dudar de quién creías que eras? ¿Cómo se supone que voy a afrontar todas estas emociones y transformar la situación que estoy viviendo?

Si alguno de estos interrogantes te es familiar, es posible que a través de la psicoterapia puedas encontrar muchas de las respuestas que buscas.

¿Para qué sirve la Psicoterapia?​

La psicoterapia, es una herramienta, que entre otras cosas, nos permite conocernos a nosotros mismo/as. Parece una nimiedad, pero no lo es. Piensa en el tiempo que inviertes en conocer a otras personas porque los quieres y les encuentras fascinantes, ¿por qué no ponemos el mismo empeño en conocernos a nosotro/as mismo/as, que somos la única persona que tenemos garantizada y será constante en nuestra vida? Tal vez estarás pensando: Pues si tengo esta edad, ya he tenido ocasión para conocerme bien ¿no? al fin y al cabo, he vivido conmigo todo este tiempo.

Pues lamento informarte que no guarda relación una cosa con la otra. Hay personas sean más jóvenes o mayores que no han podido o no han tenido la ocasión de detenerse y mirarse, para preguntarse ¿esto es lo que realmente quiero para mi vida? porque han venido funcionando de acuerdo a lo que creen que se supone que deben hacer, sin cuestionar prácticamente nada poniendo el piloto automático.

Lo normal y natural es perdernos, para luego poder reencontrarnos.

Ese es el precio que pagamos por pertenecer… Durante la infancia se vuelve necesario, e inclusive deseable. Desde temprana edad se promueve, no solo desde fuera; cuando se nos recompensa y se nos valora positivamente cuando actuamos según lo que se espera de nosotros de acuerdo a la sociedad, el entorno y nuestra edad. Así que, con más o menos resistencia, nos vamos adaptando y mimetizando con nuestro grupo de iguales. Es algo que muchas veces es inconsciente, pero no por eso es menos poderoso.

Recuerda que la prioridad de nuestro cerebro siempre ha sido, es y será: SOBREVIVIR. Por eso “encajar” es algo que tiene mucho sentido y le puede llegar a generar satisfacción, es lo que ancestralmente nos ha salvado como especie, ha evitado que muchos padres abandonen a sus crías y que las manadas no rechacen a sus miembros. Para nuestro cerebro, encajar es bueno, hasta el punto de tener la capacidad de hacernos olvidar o perder aquellos rasgos peculiares, únicos e irrepetibles que nos hacen maravillosos, seres singulares.

Cuando Sobrevivir No es Suficiente porque lo que uno/a quiere es VIVIR​

Seguir e imitar a la manada podía mejorar nuestras probabilidades de que no nos comiera un depredador, de que encontráramos agua, de que aprendiéramos a cazar, recolectar, cosechar, cuidar de nuestras crías y nos enfrentáramos con éxito a las adversidades climáticas o estacionales.

¡Maravilloso! Fue muy útil mientras la única meta era llegar a la edad adulta para poder reproducirse y perpetuar la especie antes de morir. La situación que nos encontramos ahora es distinta y ¡queremos más!

Sobrevivir no comprende ya los mismos retos ni se nos presentan con la misma intensidad. Una vez que nuestra vida ya no corre peligro y nuestro lugar en la sociedad existe, podemos permitirnos dejar de funcionar en modo reptiliano y empezar a VIVIR. Llegamos con salud y energía a edades que antes ni se contemplaban…Entonces las otras partes de nuestro cerebro comienzan a reclamar atención para seguir desarrollándose, no solo considerando mantener vivo el cuerpo físico, sino nutrirlo desde otras perspectivas: aprender, crecer, evolucionar.

El regalo de la madurez​

Por resumirlo mucho; sentirte incómodo/a, inconforme o perdido/a es de lo mejor que te puede pasar. Nada tiene que ver con ser débil, tener falta de foco o no saber lo que quieres, sino más bien todo lo contrario. Es señal de que estás fuerte, tu cerebro está sano y estás escuchando y siguiendo los mensajes que tu cuerpo, tu mente y probablemente tu alma, te están enviando.

Realmente ¿estamos haciendo lo que queremos hacer para conseguir lo que deseamos y necesitamos? o ¿estamos actuando para conseguir lo que creemos que necesitamos y queremos, pero que en realidad es lo que está bien visto, aceptado o es deseado por otros a mi alrededor?

El valor de atreverse a mirarse (y editarse) a uno mismo/a​

La psicoterapia nos ayuda a vernos, a recordar aquello que aparcamos u olvidamos para poder encajar cuando era necesario. ¿Tal vez tienes una vocación de líder, pero te has adecuado a seguir a otros porque era lo que tocaba? ¿Tal vez eres genuinamente extrovertido/a pero te adaptaste a funcionar introvertidamente porque era la actitud general en el entorno en el que creciste? ¿Cuánto de lo que eres, haces y buscas realmente lo sientes y lo vives con la certeza y la satisfacción de estar en sintonía?

La psicoterapia nos hace reconocernos y reencontrarnos en aquello que nuestra memoria curiosamente había archivado y permitirnos vibrar en la ilusión de perseguir aquello que nos conecta con nuestro propósito, o con lo más individual y mágico de estar a solas con nosotro/as mismo/as.

Suscríbete para:

1. Tener más conocimiento y descubrir nuevas formas para cuidarte unificando tu mundo exterior con tu mundo interior.


2. Encontrar nuevas maneras de entender lo que estás viviendo y saber cómo desbloquearlo.


3. Saber por qué nos quedamos atascados/as y descifrar cómo deshacer programas que ya no necesitas impulsando tu potencial.

En resumen… Aprender más de ti para vivir mejor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comparte

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Telegram
WhatsApp