Reprimir Emociones y sus Consecuencias

Reprimir Emociones

Si hablamos de reprimir emociones es inevitable hablar de la Dra. Candence Pert (psicofarmacóloga de prestigio internacional).

Como ella misma dice y cito textualmente:

«La mayoría de los psicólogos tratan la mente como separada del cuerpo, un fenómeno con apenas conexión con el cuerpo físico. Inversamente, los médicos tratan al cuerpo como desvinculado de la mente y las emociones. Pero el cuerpo y la mente no están separados y no podemos tratar ni entender a uno sin el otro. Investigaciones científicas están demostrando que el cuerpo puede y debe ser curado a través de la mente, y la mente puede y debe ser curada a través del cuerpo».

Candence Pert

Sabias palabras bajo mi punto de vista…. Y para enmarcarlas. ¡Vamos a hacer un resumen de una clase de biología exprés! 

El cuerpo está compuesto por partes (brazos, piernas, ojos…) y órganos, cada parte u órgano tiene una composición química que se compone de varios elementos químicos, con lo cual, dentro de tu cuerpo existen sustancias químicas. 

Dicho esto, toda persona está formada por células y éstas están formadas por moléculas de diferentes composiciones químicas para un buen funcionamiento bioquímico interno. Para que esto se dé las moléculas han de estar compuestas con un aspecto vibracional y otro aspecto fisiológico, y así, nos aseguramos un correcto funcionamiento de la célula.

Si hasta aquí estamos de acuerdo y compartimos las investigaciones que hasta ahora avala la ciencia… Seguimos…

Bioquímicamente la energía vibracional como fisiológica de nuestras moléculas se desplaza por todo nuestro cuerpo, con lo cual, si nuestras emociones que son también energía, emiten una vibración, éstas se acoplan a la frecuencia vibratoria de la molécula teniendo el transporte ideal a través de nuestras moléculas para desplazarse a cualquier parte de nuestro organismo instalándose y asentándose en las células de nuestro cuerpo.

Esto ya ahora empieza a aproximarse a una visión sistémica de unidad entre cuerpo y mente, una interconexión entre el organismo, la psicología y las emociones ¿cierto?

Bien! Hagamos retrospectiva de lo que hemos ido descubriendo, sobre la vinculación entre el cuerpo y las emociones… Ha habido muchos cambios y ¡menos mal que ha sido así!

Antes nuestras emociones eran consideradas superfluas y sin importancia, se decía: ¡no hay que hacerles caso!

Luego que todo estaba en el cerebro exclusivamente en amígdalas, hipotálamo, sistema límbico como única base de las emociones. 

Afortunadamente , vamos avanzando, poco a poco, pero avanzamos.

Luego se encuentran moléculas como las endorfinas con sus correspondientes receptores en todas partes del cuerpo en las células inmunes, que se desplazan por todo el organismo en las células adiposas a lo largo de la médula espinal.

Ahora habiendo aprendido y ampliado nuestro conocimiento podemos decir que las células son receptoras que efectivamente se encuentran en partes del cerebro relacionadas con las emociones pero también en la totalidad de las células del organismo, así pues existe una especie de sistema de comunicación a través del cual todo el cuerpo responde a una emoción concreta mientras que antes creíamos que las emociones SÓLO nos afectan psicológicamente y ahora resulta que nos afectan físicamente. 

Entonces; si la emoción es química y por ende, absolutamente real ¿Por qué la contenemos?

¿Qué pasa cuando nuestro cuerpo necesita deshacerse de aquello que no necesita, que le hace daño, o que le molesta? Lo expulsa ¿verdad?

No haré una catalogación biológica, creo que no es necesario, sabes bien de lo que te hablo y sabes también lo que pasa cuando tratamos de contener forzosamente aquello.

Se hace evidente entonces que no debemos contener ese proceso de depuración/liberación del cuerpo, sin embargo, cuando se trata de emociones,  no lo vemos tan claro y lo apartamos u ocultamos, asumiendo que eso se va a marchar sólo.   

Pero cuando reprimimos nuestras emociones, es como cuando posponemos el pago de una factura. Luego la tendremos que pagar igual + intereses. Todo eso se queda ahí guardado a nivel inconsciente, esperando el momento (generalmente el más inoportuno) para salir.

Reprimir nuestras emociones, requiere mucha energía, y eso representa a largo plazo, un mayor desgaste físico, mental y emocional. En definitiva, no nos sale a cuenta reprimir las emociones, el malestar y el dolor existe igualmente, sólo que en un caso proyectamos hacia fuera y en el otro hacia dentro. 

Pero hemos de entender también la naturaleza de nuestra educación social en la represión de la emoción. 

¿Por qué reprimimos emociones?

Porque estamos cableados para evitar el peligro y el dolor. Y aunque sea pintoresco pensarlo así… si experimentar estas emociones, no solo duele sino que además te pone en riesgo a la hora de correr para que un “depredador” no te coma, pues tu cuerpo dirá, mira, sentirlo ahora no me sirve para nada, déjame correr y al menos sobrevivo.

Otra razón muy importante es la pertenencia a nuestra comunidad; el ser aceptados y amados. Que es una necesidad instintiva y fundamental. Experimentar emociones como el miedo, la rabia, la tristeza (que habitualmente vivimos con la creencia de que son “emociones negativas”) nos hace temer que nos juzguen como débiles o demos una imagen de pena que no queremos mostrar.

Por eso, se vuelve una herramienta de supervivencia desde la infancia el enmascarar estas emociones “incómodas”, el guardarlas para vivirlas en la intimidad o avergonzarnos de ellas y negarlas si es posible. 

Pero debemos tener en cuenta que las emociones no son ni positivas ni negativas, ni buenas ni malas. La connotación se la damos nosotros y la forma de sentirlas hace que nos ayuden o nos perjudiquen.

No me lo tomes a mal, lo hacemos sin tan siquiera darnos cuenta. Se nos ha educado para no molestar ni incomodar si es posible. Eso implica muchas veces ocultar o enmascarar por completo aquellas emociones que estamos experimentando y a su vez puede generar innumerables dolencias físicas, así que es mucho más saludable para todo nuestro ser, dejarlas fluir, sentirlas, experimentarlas y mostrarlas. 

Aprender a gestionar nuestras emociones y pensamientos, nos aporta una mayor estabilidad, no solo mental, sino también en nuestra salud física. 

¿Qué piensas? ¿Crees que ha llegado tu momento para ganar las herramientas que te permitan gestionar mejor tus emociones? ¿O tal vez incluso para liberar las emociones que has ido guardando y que te están manifestando en tu cuerpo físico? Suele ser un proceso muy enriquecedor y eres muy valiente si lo estás contemplando. Te prometo que el acompañamiento correcto, serán muchos más los beneficios que los riesgos. ¿Empezamos?

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En resumen… Aprender más de ti para vivir mejor.

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