Visible o Invisible

Visible o Invisible

Es muy común que las emociones y estados internos de las personas no siempre coincidan con lo que proyectamos externamente (lo visible). A veces incluso pareciera haber una desconexión (que en ocasiones la hay) entre lo que mostramos y lo que sentimos, que puede ser confusa tanto para nosotros/as mismos/as como para los demás. 

Tal vez por falta de referencias y de la normalización de hablar abiertamente sobre nuestras emociones y nuestra salud mental.

Muchas veces tenemos una idea de cómo se ven o exteriorizan esos estados emocionales y si no la vemos reflejada exactamente igual o de manera continua en la otra persona o en nosotros/as, asumimos que no se corresponde y por ello tomamos como real y verdadero, sólo lo que podemos ver, aunque la procesión vaya por dentro.

Hoy quiero explorar contigo la coexistencia de estados emocionales visibles e invisibles, porque creo que es muy importante comprenderla para poder ser conscientes, empáticos, compasivos desde nosotros/as y con nosotros/as.

La Polaridad de la Experiencia Emocional

Como hemos hablado otras veces en este blog, en la vida, nada es absoluto y todo tiene sus polaridades o matices. 

Podemos estar experimentando una tristeza profunda y quedar con amigos para hablar y echarnos unas risas; O experimentar mucha ansiedad y en vez de quedarnos encerrados evitando personas y situaciones, hacer todo lo contrario y atrevernos a movernos o exponernos.

Esta aparente contradicción no sólo es posible, sino que es una experiencia común y válida. La apariencia externa y la experiencia interna pueden coexistir en una compleja y rica interrelación. No se anulan la una a la otra como si de matemáticas se tratase y todas merecen ser tenidas en cuenta y ser consideradas como parte de nuestra experiencia vital que son.

Por ello, hay que ampliar la mirada y no sacar conclusiones sólo por lo que la faceta exterior nos está mostrando. Porque en el fondo, las emociones son energía; aunque no las podamos ver, están siempre presentes. 

La Adaptación Emocional

No solo se trata de la genuina coexistencia de distintos estados emocionales lo que nos lleva a en ocasiones mostrarnos externamente de una manera distinta a como nos sentimos internamente. 

A veces se trata de decisiones o conductas que aparecen para intentar redireccionar o superar el momento que se está atravesando. Otras veces se trata de mecanismos para ocultar lo que nos está ocurriendo, en la búsqueda de no incomodar a nuestro entorno o evitar que nos pregunten y tener que hablar al respecto. Por ejemplo:

Aunque estemos profundamente heridos o tristes; La risa puede ser una forma de conectarse con otros, de encontrar momentos de alivio y tratar de recuperar un poco de aliento.

Las redes sociales pueden ser una herramienta para buscar validación externa o para mantener una conexión con el mundo exterior, aunque internamente nos sintamos inseguros.

Aunque la ansiedad permanezca latente. Viajar puede proporcionar un escape temporal y la esperanza de una nueva perspectiva.

La socialización puede ofrecer distracción y una forma de procesar el dolor con menos sufrimiento.

Todo es posible y apropiado siempre y cuando lo elijamos conscientemente. No anulemos o minimicemos nuestras emociones internas solo porque externamente hemos logrado enmascararlas o pretender por un instante que no están ahí. Mucho menos aceptemos sentirnos culpables por pensar que no estamos siendo coherentes; o juzguemos a otras personas por lo mismo.

Nuestras emociones no tienen que ser visibles para ser válidas. 

La experiencia interna, ya sea visible o invisible, es parte de tu ser y tiene derecho a existir en sus propios términos. Es esencial integrar todas las partes de nuestro ser, y permitirnos así el sentirnos completos y aceptados. 

No solo tiene derecho a existir sino a hacerlo por el tiempo que se sienta necesario. No hace falta silenciarla o enterrarla para sentirnos en libertad de trascenderlas sin ser observados o juzgados por cómo o cuando la gestionamos. Nuestras emociones no tienen que ser invisibles para poder ser transitadas; solo tienen que SER.

En última instancia, nuestro bienestar emocional depende de nuestra capacidad para honrar todas nuestras experiencias, visibles e invisibles, y encontrar un equilibrio auténtico que refleje la totalidad de nuestro ser.

Aceptar nuestras emociones, sin importar si son visibles para otros, nos permite procesarlas y gestionarlas de manera más efectiva. No necesitamos validación externa para que nuestras emociones sean legítimas.

La Importancia de la Empatía y el Respeto hacia los Demás

Así como es vital vernos a nosotros/as mismos/as con amplitud, también es esencial aplicar este enfoque hacia los demás. La apariencia externa no siempre refleja la realidad interna, y es fundamental que practiquemos la empatía y el respeto hacia las experiencias de los otros/as.

“Ojos vemos, corazones no sabemos”  

Cada persona, independientemente de lo que esté mostrando, puede estar atravesando cualquier situación. De manera que debemos evitar hacer suposiciones basadas únicamente en su comportamiento externo; Respetando su privacidad emocional y siendo más empáticos.

¿Y cómo luce cuando una persona necesita de nuestro apoyo?

Pues puede perfectamente no verse y ser absolutamente necesario. Por eso, permitir algún espacio o momento seguro en el que sea posible exponer lo que se necesita, es indispensable y para ello se empieza siempre por el escuchar sin juzgar. 

Pero así como otros/as pueden necesitar nuestro apoyo y nosotros no saberlo porque solo estamos viendo lo que nuestros ojos permiten… Debemos ser conscientes de que lo mismo ocurre en el sentido opuesto y que podemos estar necesitando del apoyo de otros, sin que ellos se den cuenta. 

En este caso, no debemos asumir que estamos siendo juzgados o abandonados, sino más bien que si no hemos comunicado lo que necesitamos o estamos experimentando; pues difícilmente la otra persona podrá actuar en consecuencia. ¿no crees?

Espero que este artículo te haya sido de utilidad y que veas ahora con más amplitud, no solo tus experiencias sino los procesos de los demás <3 

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En resumen… Aprender más de ti para vivir mejor.

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